Teatro Espontáneo



El teatro espontaneo toma forma en 1921 como “Teatro Vienes de la Espontaneidad”. Basándose en algunos cambios fundamentales como: la eliminación del dramaturgo  y de la pieza escrita, la participación del auditorio “Teatro sin espectadores”, de esa forma autores y público son ahora los únicos creadores, todo es improvisado:

  • Obra
  • Acción
  • Temas
  • Palabras
  • Encuentro
  • Resolución de conflictos

Teniendo en cuenta la desaparición del viejo escenario y aparición de un espacio abierto, natural, vivo como la vida misma.

Moreno usó la situación de su país (el declive del imperio austro húngaro) que se manifestaba con un vacío de poder, representando con un Sillón vacío, “El trono del rey”  que autorizaba al publico a subirse al escenario  actuar como un rey, siendo jurado de si mismo y digno de ser líder. Moreno puso en marcha también el llamado Periódico viviente, una representación improvisada de las noticias del día publicadas en la prensa.

En 1923 en una sesión del periódico viviente Moreno se da cuenta de la potencialidad terapéutica,  del Teatro que él hace, con el caso de Bárbara, donde observa como al pasar  por nuevos roles se puede romper la que llama conserva cultural.   
  
El Teatro espontaneo se basa en el encuentro entre actores, director y público, sin una diferenciación clara entre ellos. Moreno propone un desarrollo no sólo del individuo sino del grupo y en consecuencia de la comunidad a través del interés en escuchar historias con las emociones y complicidad que dicho compartir genera.
Todo esto se convierte en un teatro del auditorio y en un teatro comunitario, donde lo que se fomenta ante todo, es la espontaneidad  y la capacidad creadora para que se produzca una catarsis circular entre los tres elementos del sistema. En ese teatro sin guión, lo que más interesa es el momento sobre el pasado, por lo tanto es imperfecto e inacabado y donde nadie es un mero espectador.

ACTOR/ ACTRIZ ESPONTÁNEO/A

Su intención es eliminar la separación con el auditorio, co-actuando e interactuando con todos, no es un objeto de exposición.
Por otro lado las funciones de los actores son las de dar forma rápidamente a sus propias aspiraciones y reaccionar rápidamente a las de los otros/as a través de un estado e ideas espontáneas.
Los actores se enfrentan también a determinadas resistencias que se pueden sintetizar así:
Una incorrecta actitud corporal en la representación de los papeles, una exagerada implicación de su  personalidad privada, una recargada permeabilidad proveniente de las actitudes corporales o emociones de los otros actores o del auditorio
Dichas resistencias se superan a través de la que llamamos espontaneidad entrenada y de un correcto caldeamiento.

EL PÚBLICO O DRAMATURGO

Moreno describe al director/a como un agente activo que enfrenta a los autores (narrador de la historia) a una idea que va desarrollando en su mente, sacando en ese momento lo que  le resuena de una historia a través de conceptos, palabras, escenas etc.

 Las historias se pueden dramatizar por entero,  parcialmente, simbólicamente o a través de emociones y hasta donde la creatividad del director llegue. Al finalizar la obra el director/a suele pregunta al narrador si aquello que se ha visto representado por los actores tiene o no tiene que ver con su historia y si le vale, siempre con el máximo respeto y con la posibilidad de rectificar lo que no tiene que ver con su historia.

 Las técnicas que se pueden poner en marcha para representar todo esto son varias, y en mi experiencia como actor espontaneo, las que he podido practicar con cierta frecuencia son estas seis que intento definir como yo las he entendido y vivenciado:

  • Escultura: se trata de crear una postura corporal rígida que exprese una emoción, un estado, realidades del espíritu o del pensamiento, que se quieran trasmitir a través de una imagen.   

  • Máquina: se trata de generar de manera grupal, movimientos cada vez más rápidos y repetidos (mecánicos) que encajen armónicamente para expresar lo consignado por el director/a hasta culminar en una imagen fija.    

  • Escenificación: se trata de representar a través de una puesta en escena por parte de los actores tanto de los roles designados como de la historia que los moviliza.

  • Soliloquio: se trata de que en un momento determinado el actor espontaneo al parar, durante o al final de la escenificación, exprese en voz alta lo que se le ocurra en ese momento.  

  • Doble: se trata con esta técnica de poner en relación sentimientos o escenas antitéticas o simplemente diferentes, interpretadas al mismo tiempo por parte de dos actores o dos grupos de actores y que estos en un momento dado entren en relación entre sí.

  • Coro: se trata en ese caso de construir una estructura grupal de tres personas sentadas y tres de pie con las manos en los hombros de los otros y que expresen en voz alta lo que se le ocurra, pudiendo interrumpirse los unos a los otros, respetando la interrupción con el silencio, para no perder la fluidez del pensamiento. Una especie de soliloquio grupal  

El director/a debe conocer tanto a los actores como al contexto cultural y su función principal es la de facilitador e investigador de la espontaneidad. Los instrumentos son la experimentación y el análisis.
El director es un dramaturgo que no escribe, sino que promueve ideas haciendo madurar dichas ideas a los actores/actrices que al mismo tiempo están dentro de él a través de un producto libre, impremeditado y espontáneo del director y de sus actores. Sintetizar el proceso de cada actor espontaneo, teniendo en cuenta las dificultades que supone combinar varias acciones en el momento mismo que van desarrollando, integrándolas de manera que no haya conflicto entre ellas y producir una representación atractiva. Todo esto exige una preparación previa del director teatral diferente a la del teatro convencional. Lo que el director necesita conseguir con los actores es que vayan más allá de su actuación individual y que colaboren entre sí en la creación de una obra de arte dramática donde el proceso de creación es casi más importante de la obra terminada, sin que se pierda la perspectiva de ver el Teatro espontaneo como un momento de juego que, da lugar a una creación colectiva.

Finalmente vemos el Teatro espontaneo como una ocasión de experimentar la vida, de ensayarla, de cambiarla si procede, de explorar jugando, con  nuevas formas de actuar y nuevas formas de generar teatro, donde una adecuada búsqueda estética pueda involucrar una comunidad entera a través de en una historia.

Esta síntesis esquemática espero que sirva como guion que, no pretende aclarar de manera exhaustiva, la belleza y la complejidad del Teatro espontaneo.
 

Bibliografía Revisada

Egido Aguilera, Mª. Teatro Espontáneo.  Manual de formación de la asociación española de Psicodrama Madrid, 2009.

Lecturas Recomendadas

Moreno,J.L. El Teatro de la espontaneidad. Ed. Vancu. Buenos Aires, 1977